Poético, original, único, inventor y rescatista de refranes, palabras y costumbres olvidadas, porque optamos por mirar para afuera y no para adentro como un ombligo.
Parado en un hilo entre lo pornográfico y lo erótico.
Un mensaje no masticado que nos permite poner a funcionar la máquina con el aceite de una lírica fresca.
Un romántico sincero que pone lo humano como fin y no lo adorna con embustes.
Un humor ahumado que mete el dedo en la yaga.
Un melancólico feliz.
Una posición política con alas, osea sin posicionar.
Un arruyador de adultos con cuentos de chiquitos.
Un nombrador del monte.
Un palabrero de lo inexacto.
Sinceridad, espontaneidad, disciplina y sencillez a los ojos y los oídos de una perceptiva y simple escucha transeúnte con audífonos.
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