"La vida del artista contemporáneo ya no puede girar entorno de un quehacer azaroso e intuitivo que se sostenga únicamente sobre producciones caprichosas y románticas que no encuentren más lógica que la pura subjetividad. El artista contemporáneo necesita articular sus procesos plásticos con procesos de pensamiento claros, conceptuales, que puedan ser leídos e integrados a la sociedad misma y al sustrato mismo de la vida y su constante aparición. Un lugar donde se pueda encontrar documentación acerca de la historia del arte, o de la estética y todo el pensamiento filosófico del arte, donde se puedan encontrar ensayos, artículos, y textos críticos que tomen el arte y le den dos tres diez vueltas de tuerca y lo analicen y lo desglosen y produzcan pensamiento como tal alrededor de lo que es y el que hacer artístico. Es un lugar de sencillamente utilidad, de necesidad, porque con esa información se produce lo teórico, o al menos, lo escrito, donde queda plasmado [el legado de la obra] y parte del proceso de producción artístico, sobre todo, el proceso conceptual y de pensar en una obra y de cómo esa se articula con las diferentes esferas de lo social [y con otros procesos artísticos]. Es necesario porque producir inconscientemente y sin tener en cuenta los contextos, los orígenes y las posibles conexiones de lo que uno hace, ya no tiene sentido en la contemporaneidad y es en Colombia, más que en ninguna parte, en donde necesitamos que los artistas se integren a la sociedad y produzcan espacios para la reflexión y el pensamiento crítico a través del arte".
Nicolás Castro Plested
(Artista, Universidad Jorge Tadeo Lozano)
